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viernes, 8 de junio de 2012

Juan Carlos Moreno: "Debemos vivir y exprimir las cosas sencillas y cotidianas que nos dan la felicidad"

Hace dos años que el haiku escogió a Juan Carlos Moreno Plaza como haijin y desde ese momento, no ha dejado de escribir sobre las intensas y trascendentales sensaciones que experimenta su alma al contacto con la naturaleza. “La conexión se realiza de una manera sorpresiva y profunda. Lo resumiría como un éxtasis que dura unos segundos”, describe emocionado.
El poeta nos cuenta que escribe en borrador en su mente, luego vacía esos primeros versos en un papel y los trabaja concienzudamente. “El tiempo en culminar un haiku puede variar desde un día a varios años”, asegura.
Conozcamos a este haijin albaceteño que triunfa con su primera obra “El sonido del agua” (Ediciones QVD), ha ganado importantes premios dentro y fuera de España, y lo más importante, goza del cariño y respeto de sus compañeros.

Sólo un gran aware (emoción profunda producida ante la contemplación de la naturaleza) puede conducir a un haijin (poeta que escribe haikus) como usted  a plasmar sus emociones en haikus, ¿por qué se decanta por esta forma de expresión poética para manifestar sus vivencias? Lo digo, teniendo en cuenta que la condición básica para que estas emociones trasciendan a la palabra es que el autor no esté presente en ellas Sin duda, exige un ejercicio de humildad, liberarse de aspiraciones personalistas, ¿no cree?

Yo considero que es el haiku el que me ha elegido a mí. Estas cosas no se buscan, se encuentran. Este tipo de poesía es muy especial y por qué no decirlo espiritual. El término espiritual hay que entenderlo como una expresión de la relación inequívoca que el ser humano tiene con la naturaleza. Efectivamente, escribir haiku es un ejercicio de humildad. Un haijin es un notario de lo que sucede alrededor.

¿Cómo llega a su vida el haiku? ¿Lo suyo fue un aprendizaje aislado o tuvo un maestro?

Fue algo inesperado. Tengo dos buenos amigos y poetas de Albacete: Ángel Aguilar y Fructuoso Soriano. Ellos también son unos excelentes escritores de haiku. Fue Ángel Aguilar el que me animó a escribirlo hará algo más de dos años. Vio en mí una facilidad innata para con esta poesía. Hasta entonces había oído hablar muy vagamente del haiku


Afirma que el haijin es un notario de lo que sucede a
su alrededor

El haiku para muchos es un ejercicio espiritual e incluso una especie de meditación, ¿cuál es su experiencia?

Sí, estoy bastante de acuerdo; aunque quiero añadir que sólo hay que provocar el contacto con el entorno, a veces ni eso, para tener oportunidades-momentos haiku. Cuando el haiku te encuentra, sientes una punzada en el interior, en ese mismo instante ya eres consciente, sólo falta darle forma y reflejarlo en un papel.

Sostiene que el haiku tiene efectos sanadores, ¿qué lo conduce a creer eso? ¿Cómo llegó a esa conclusión?

Totalmente, por nuestro estilo de vida nos hemos alejado de la Naturaleza, estamos rodeados de aparatos y contaminación acústica,  gaseosa y de ondas. Vivimos estresados al ritmo que nos marca la ciudad. Tener momentos haiku ya sea en un parque, observando un tejado, un árbol, et, nos llena de paz y de una comunión con nuestro entorno natural que tiene efectos sanadores. Por tanto, nos aleja del estrés y de las preocupaciones.

Más allá de querer ver en esta expresión poética una base mística, en lo formal el haiku es austero, sencillo y breve, y se pensaría,  por tanto, que practicarlo y llegar a dominarlo es pan comido,  sin embargo, comprimir una emoción en unos cuantos versos, esto es,  hallar las palabras precisas y ajustarlas a sus reglas, no debe ser nada fácil, ¿cómo se las arregla?

Evidentemente hay que conocer las reglas: ausencia del yo en el poema, no utilización de metáforas (al menos no muy evidentes), no utilización de rima (sobre todo la intencionada), número de sílabas 5-7-5 (es un número ligeramente flexible). Tras dominar la técnica hay que dejarse llevar por el haiku; provocar momentos haiku estando atento a lo que te rodea, pero dejando que el haiku te cace a ti.

Tenemos entendido que tiene una relación en especial con la naturaleza, sobre todo con el agua, de allí su homenaje en el título del libro, pero ¿de qué manera este elemento ha alimentado su inspiración? ¿Cuál es el lenguaje que usa para comunicarse con usted y viceversa? ¿Cómo se realiza la conexión?

El agua es un bien muy preciado en nuestro país. Los árabes, cuando conquistaron la península la adoraban. En La Mancha no sobra este elemento. En las cercanías de mi ciudad hay plantaciones de cebada y trigo. En verano es prácticamente un secarral. Hace más de 100 años había unas lagunas permanentes pero las desecaron para evitar enfermedades que transmitían los insectos. Hasta Albacete llega el cauce, ahora seco, de un río llamado Palo, río que ha traído agua estos dos años atrás. En el invierno de 2009-2010 cayeron unas importantes nevadas y lluvias (como las de antes…) y las reservas de agua crecieron, alimentando este río. Es casi milagrosa la explosión de vida que se genera en torno a un río que de repente lleva agua. Múltiples especies parecen salir de debajo de las piedras. Todo ello me ha inspirado a escribir el libro. También en mis rutas en bicicleta por el río Júcar he encontrado bonitos momentos que me han inspirado haikus. La conexión se realiza de una manera sorpresiva y profunda. Lo resumiría como un éxtasis que dura unos segundos.

El haiku que da nombre a su poemario
¿Escribe al aire libre o se lleva la emoción a casa y la trabaja? ¿Cuánto tiempo le demanda terminar un haiku?

Suelo escribir los borradores de haiku en mi mente, al llegar a casa les doy una forma provisional, que luego puedo corregir una o varias veces. El tiempo  en culminar un haiku puede variar desde un día a varios años

Los entendidos manifiestan que el contenido de los haikus es el reflejo de lo que está ocurriendo ahora mismo, eso nos conduce a pensar en la importancia que sus cultores primigenios daban a la captación del momento mismo y su disfrute pleno, algo así como una recomendación a vivir el momento presente, ¿por qué nos cuesta tanto ubicarnos en el ahora y vivirlo?

Estamos demasiado pendientes del pasado y del futuro. No saboreamos el presente, arrepintiéndonos después. Pienso que debemos vivir y exprimir las cosas sencillas y cotidianas que nos dan la felicidad, en realidad

El haiku llegó a occidente y apasionó a muchos escritores como Jack Kerouac o Ezra Pound. E incluso, no pudieron evitar caer en sus redes autores sudamericanos destacados como Jorge Luis Borges o Javier Sologuren, A su criterio, ¿cuál es su atractivo principal de esta poesía? Es algo totalmente diferente que atrapa a cualquier poeta que lo conoce.

Es una poesía especial, el escritor se convierte en un mero notario de la naturaleza, entendiendo por naturaleza un parque, un seto de la ciudad o incluso un suceso que nos ocurra a nosotros mismos que también estamos incluidos en la naturaleza, en la creación. Para la filosofía oriental todo es sagrado, hasta una piedra.

Usted que se encuentra profundamente involucrado el quehacer haiku,  ¿cómo observa  la situación actual de  esta forma de poesía y qué perspectivas respecto al futuro tiene en las preferencias de los lectores?

Yo le veo mucho futuro. En este mundo globalizado lo oriental se impregna de lo occidental y al revés. Existe una especie de feedback entre los dos mundos. Me aventuro a decir que es aún mayor el flujo del haiku hacia Occidente que al revés. Yo la veo, en cierta medida, como una poesía anticrisis

A propósito, ¿cuál es la reacción que observa en un lector que por vez primera escucha o lee un haiku?

A veces el lector que escucha haiku por primera vez, necesita procesarlo, asimilarlo para entenderlo; pero muchos se sorprenden con la profundidad de esta poesía

Asegura que el contacto con la naturaleza tiene efectos
sanadores
¿Qué lugar ocupa el haibun a la hora de poner por escrito una emoción? ¿Lleva mucho tiempo cultivándolo?

Me encanta escribir haibun. Es la culminación para un haijin que ha viajado y descubierto lugares y sensaciones. A finales de mayo me han entregado un premio en Beauvais (Francia) a un haibun: “De la Aldea al Embarcadero” Escribo haibun desde hace algo más dos años también.


“El sonido del agua” (Ediciones QVD), según sabemos, es un acto de amor que pugnaba  por salir a la luz, cuéntenos detalles de los entretelones de la edición.

La publicación de mi libro ha sido consecuencia de la acumulación de instantes en mi mente. Desde hace algo más de dos años he escrito un considerable número de haikus. Todo ha sido consecuencia de mi apasionado descubrimiento de esta poesía y del contacto con la naturaleza que me ha regalado hermosos momentos. “El Sonido del Agua” ha sido fruto de una necesidad interior de mostrar a los demás mi haiku

¿Su obra posee alguna misión a llevar a cabo? Y, a usted, ¿le  mueve alguna meta espiritual, social o vinculada al arte?

Todo escritor aspira a ver reflejada su obra en un libro. Efectivamente estoy muy motivado por intentar dar a conocer el haiku. Me veo llamado (humildemente) a difundir esta poesía, compartirla, ayudar a la gente a descubrirse. En estos tiempos tan duros necesitamos encontrar nuestra esencia

¿Cómo se ve frente al resto de cultores de haiku?  ¿Qué aspecto diferente o innovador, dentro de lo que se puede permitir, podemos observar en su trabajo?

Es complicado encasillarse con respecto a los demás escritores. Prefiero comentar el hecho de que, bajo mi opinión, el haiku debe evolucionar hacia un estilo más desenfadado, menos encorsetado. Recientemente he viajado a Francia y he podido conocer lo que allí se escribe. Los escritores de haiku franceses escriben acerca de casi todo. En España tratamos de cumplir la ortodoxia con demasiado celo y olvidamos que también la figura humana puede verse reflejada en el haiku, de una manera objetiva, claro. De todas maneras, cuando escribo no puedo controlar qué estilo me domina, pues el haiku te aborda inesperadamente…

Uno de los ríos que visita con frecuencia
 ¿Es cierto que los  cultores del haiku  conforman una hermandad?  ¿Cómo lo lograron?

Es curioso, las personas que escribimos haiku solemos ser muy afines y con unos valores parecidos. En Albacete conformamos la AGHA (Asociación de Gente del Haiku de Albacete) unos 30 activos integrantes. Es reconfortante sentirse arropado y acompañado en “este camino”

Ha sido galardonado con una serie de premios y goza del respeto y admiración de sus compañeros, y  pronto viajará a Francia como invitado especial a un importantísimo festival, considera estar viviendo el momento de cosechar lo sembrado, ¿cómo asume este reconocimiento?

He regresado de Francia hace unos días. En Beauvais se ha celebrado un Festival de Microrrelato y Haibun. Es un festival bianual. Allí he podido conocer haijines alemanes, holandeses, japoneses y franceses. Ha sido muy enriquecedor. Recibo este reconocimiento con humildad y alegría. Me reconforta el hecho de que mis haikus puedan llegar al alma de otras personas.

Recogió también un premio por su haibun “De la aldea al embarcadero”, pero además recitó en francés en un importante acto, compartió un trabajo audiovisual sobre su trayectoria y formó parte en una mesa redonda sobre haikus, ¿tiene encantados a los lectores franceses?

Cierto, acabo de regresar de Francia. Tuve la oportunidad de recitar mis haikus en una bonita escuela de arte de aquella localidad. Recité haikus en francés y en castellano. Es curioso como a oídos de un francés el castellano es un idioma muy musical, al igual que para un español al contrario. Tuve la suerte de ser muy bien acogido en Francia. Creo que para los hermanos franceses fue interesante conocer qué tipo de haiku se está escribiendo en España.

Leyendo uno de sus haikus
(Cortesía: Asociación de la gente del haiku en Albacete)
¿Tiene entre sus planes dar el salto a la novela? De ser así, ¿qué temas le gustaría abordar?  Para ello, ¿dejaría de lado el haiku o, más bien, estarían también presentes de algún modo?

No descarto nada para el futuro. Hace poco más de dos años descubrí el haiku y en estos momentos ya estoy a  medio conformar mi segundo libro.  Si algún día escribo novela dudo mucho de que el haiku o lo japonés desaparezca del todo de mi pluma, como mínimo del fondo de mis letras. Nunca se sabe…

Tenemos entendido que algunos poetas, generalmente, japoneses acompañan sus haikus con pinturas. Estas no destacan mucho por su perfección— dicen los críticos—, pero asumo que es una manera, quizá de reforzar el mensaje que desean transmitir, ¿le gustaría probar con el pincel y ver qué sale en alguna ocasión?

Yo pintaba en mi juventud, pero no me veo con demasiado ánimo—a corto plazo—de ilustrar mis propias publicaciones. En Albacete ya tengo a una amiga pintora encargándose de las ilustraciones de mi segundo libro. Desde la antigüedad los haijines japoneses utilizaron la pintura como técnica complementaria de sus haikus. La complejidad de las ilustraciones no tiene por qué ser alta, más bien, el haiku necesita trazos gruesos y difuminados…

El jisei (mensaje de despedida) es una práctica extendida en Japón y algunos lo redactan con mucha anticipación o cuando ven cercano el fin de sus días, ¿ha considerado la idea de tener uno?  ¿Se atrevería a dejarnos alguna tentativa de jisei?

Uf, me parece pronto para escribir un jisei. Es curioso, muchos de los escritores de haiku clásicos predecían con gran exactitud su muerte en sus haikus y escritos. No es el caso. Pero sí que, en estos momentos me vienen a la memoria unas palabras de Bashô: “No sigas las huellas de los maestros, busca lo que ellos buscaron”. Debemos seguir nuestro propio camino, dejarnos llevar por nuestra pluma
Si desean comunicarse o saber más
del autor pueden pinchar el siguiente
enlace:
http://caminosdelsilencio.blogspot.com.es/







2 comentarios:

  1. Excelente entrevista, siendo además que leí hace poco el libro de Juan Carlos, aprovecho para recomendarlo. Un saludo a Elga y otro muy afectuoso a Juan Carlos a quien entrevisté para mi blog, pero como siempre, tus entrevistas Elga son fabulosas. De verdad.
    Gracias.

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  2. Te pasaste, Elga. Cada semana nos sorprendes. No sabía de los haijines y esas cosas. Contigo se aprende. Desde Perú, JHT

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